Por giro lingüistico (GL) se entiende el vuelco que se produce en filosofía por el cual los temas filosóficos y metafilosóficos empiezan a reflexionarse desde la naturaleza del lenguaje. Este proceso ocurre tanto en la filosofía analítica como en la filosofía continental, ambas preocupadas de superar la metafísica, aunque desde perspectivas diferentes.
Para la perspectiva analítica, se entiende por metafísica un tipo de discurso que trata de entidades que van más allá de la experiencia común y de lo que la ciencia define como tal. El GL lingüístico analítico implicó reconocer que la metafísica no respeta los límites del lenguaje (condiciones a partir de las cuales se puede determinar el significado) y formula expresiones sin sentido o con sentido aparente. La metafísica se contrapondría a la ciencia y, por esto, en parte importante, se excluyen las temáticas ontológicas.
Para la perspectiva continental, en términos generales, se entiende por metafísica una metodología de pensamiento que presupone una contraposición entre el sujeto y el objeto, y que por esto postula la necesidad de que el sujeto trascienda la mera apariencia del objeto. En este sentido, la metafísica es el antecedente natural de la ciencia, evocando la pretensión de obtener una neutralidad y un rigor descriptivo impensable en la representación de la realidad. El GL continental implica reconocer que el lenguaje es la sede de manifestación del ser, tanto individualmente (vemos y comprendemos las cosas siempre desde el interior de, y gracias a, las determinaciones de nuestro lenguaje) o históricamente (el lenguaje es el lugar en el cual la visiones individuales del ser en la épocas y latitudes particulares se expresan).
En ambas tradiciones, y con las diferencias pertinentes, el GL pone de relieve la importancia del lenguaje. Esto, no solo en el sentido de que el lenguaje es el medio en que tal discusión se desarrolla, sino que está constituida por el lenguaje: su origen, sus posibilidades, sus límites, e incluso su resolución (por ejemplo para Wittegenstein II) está dada en y por el lenguaje. La importancia de esta puesta de relieve es que vuelve la mirada en forma seria al lenguaje, lo que a mi parecer, implicó tanto una problematización en la discusión filosófica, pero también una posibilidad de resolución.
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La filosofía analítica.
La filosofía analítica parte el SXX con una visión de los hechos como datos objetivos y extrateóricos, y la postulación de un sujeto dotado de un lenguaje y un pensamiento capaz de describirlo. Tal perspectiva, trajo la exclusión de las temáticas ontológicas, dado que el análisis no pone en cuestión la realidad o existencia de las cosas de que el lenguaje se ocupa. Consecuencia de esto fue una visión formalista de la lógica (y por tanto del lenguaje) y, para muchos autores, la inefabilidad de la semántica.
Desde este perspectiva, se tuvo que empezar a dar cuenta de la lógica del lenguaje, y como este lenguaje se relaciona con el mundo y el sujeto. De este modo, se incentiva el tema de la relación entre lenguaje y pensamiento, existiendo diversos matices según los autores: desde un análisis puramente lógico hasta una visión psicologista, que incluye conceptos como el de intencionalidad.
En muchos aspectos la filosofía analíitica se ha desarrollado en torno a esta problemáticas, inaugurándose una nueva forma de hacer filosofía o una nueva conciencia filosófica sobre el papel del lenguaje. Posteriormente, cuando desde la propia filosofía analítica, empiezan a aparecer voces respecto otros usos del lenguaje (ya no referenciales); se abren nuevos horizontes a la reflexión filosófica (quizá debiéramos hablar ya de reflexión lingüística). Se llega incluso a señalar por Wittgenstein que los problemas filosoficos no existen como tales, sino que son problemas lingüisticos que se dan en determinados juegos de lenguaje, y como tales deben disolverse en el propio lenguaje.
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La filosofía continental.
Para la filosofía continental su visión del lenguaje como la sede de la manifestación del ser, implica una correlación entre ser y lenguaje que se problematiza de diferentes maneras según la escuela específica de la tradición continental (neokantismo, fenomenología, existencialismo, hermeneútica y estructuralismo). Esto ocurre especialmente en relación al tema del sujeto, discusión típicamente continental.
También en esta perspectiva se problematiza la relación entre lenguaje y pensamiento, apareciendo posiciones que señalan la existencia de un pensamiento prelingüístico (fenomenología), hasta que es el lenguaje el que genera y determina el pensamiento (estructuralismo), o que se generan mutuamente.
En la tradición continental el reconocimiento del lenguaje como voz del Ser y territorio de la investigación filosófica nos lleva (al menos en parte) mas allá de la metafísica y del objetivismo científico. Con esto se inaugura una nueva concepción del Ser y la filosofía. Al respecto, es importante el aporte de Heiddeger, para quien el acaecer/instituir en el cual el Ser se ofrece al hombre; es un evento lingüistico. Por lo tanto el lenguaje es la apertura dentro de la cual el hombre está arrojado. De este modo, el Ser, que se presenta al final del recorrido de la metafísica (con su supuesta superación), acaece de una forma lingüística.
1 comentario:
GRACIAS!!!!!!!!!!!
Mañana rindo filosofia y necesitaba exactamente esto!
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